domingo, 23 de septiembre de 2007

The Matrix, la trilogía.

Existe un género en el que podemos hablar de un antes y un después de Matrix, ese es el de la acción, que ha sufrido una transformación espectacular, sólo equiparable a las recientes innovaciones en el mundo de los efectos visuales de principios de los noventa. La trilogía Matrix ha generado además un verdadero movimiento intelectual, casi filosófico, cargado de significaciones y paralelismos cuanto menos arriesgados e interesantes, que carecen de parangón en la historia del cine, con la única excepción, por supuesto, de la trilogía Star Wars.

Todo lo que envuelve el mundo Matrix es enigmático, apabullante, innovador, dinámico... y puede analizarse desde múltiples puntos de vista. En este completo pero modesto artículo, hemos tratado de analizar los aspectos básicos del mundo Matrix, desde los puntos de vista más interesantes, y espero que lo disfrutéis. Por cierto, que nadie piense que los criterios expuestos tienen una interpretación unilateral, ya que en algunos casos, son sólo tendencias generales.
Las mayores influencias de fondo que se pueden encontrar en The Matrix están relacionadas con Platón y Descartes, con el mito de la caverna y la duda metódica respectivamente. La obra más popular en la que se refleja el conflicto de la realidad y la ilusión es probablemente Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carroll. En la forma, The Matrix tiene influencias del budismo y la filosofía zen. La mayoría se expresan en forma de máximas pronunciadas por Morfeo: “No es lo mismo conocer el camino que andar el camino”, “No pienses que lo eres, sabes que lo eres”, o en el diálogo con el niño de la cuchara en casa del Oráculo.

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